La tranquilidad en el Tarajal se pierde en cuestión de momentos. Cualquier paro, alguien que quiere colar un bulto y saltarse la fila o un empujón rompen la aparente tranquilidad en una zona de por sí caótica.

No hay muertes porque los dioses están en esta parte de Ceuta, entender lo que aquí sucede es imposible. La apertura del nuevo puente ha causado un efecto llamada hasta el punto de que el número de personas que vienen a pasar bultos se ha duplicado. Hoy las colas eran interminables