La antigua prisión de Los Rosales es el ejemplo del más puro abandono. Lo que fue una de las penitenciarías más antiguas de España, que llegó a acoger presos de toda índole incluso de la desaparecida banda terrorista ETA, es hoy un terreno de okupas. Abierta, sin vigilancia, sin nadie que se esfuerce siquiera en mantenerla en buen estado, ha sido completamente destrozada en su interior