El repique de las campanas marcaba el inicio de la salida de la Virgen de los Remedios, titular de la parroquia del mismo nombre que salía al encuentro de sus fieles para recorrer las principales calles del centro.
Se cumple así el tercer año de una procesión tras recuperarse una tradición que no se llevaba a cabo desde 1946 y que volvió a retomarse coincidiendo con el tercer centenario de la fundación de la parroquia.