Tras el salto masivo del pasado 26 de julio, de la noche a la mañana, el Centro de Estancia Temporal para Inmigrantes (CETI) vio duplicada su población. De poco más de 500 personas pasaron a más de mil, lo que ha provocado que la convivencia, dos semanas después, se haya vuelto más difícil de lo que ya era.